Se llevó a cabo el Taller de Arsénico en el Agua

Fue en el centro Cultural de la Ciencia, ante un auditorio colmado, se presentaron los avances de las investigaciones y técnicas en relación a este compuesto en el consumo y producción de alimentos.


Ante un auditorio completo, se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), el Taller “Arsénico en el Agua”, organizado por la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del CONICET, en cual se expuso el informe realizado por el grupo ad hoc de la RSA, en donde se detallan tecnologías convencionales, no convencionales y en estudio para remover arsénico dentro de otros puntos de interés en esta problemática.

En la apertura del evento, el Dr. Miguel Laborde, vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del Consejo, tomó la palabra y destacó “la actividad excelente que se está llevando a cabo en la Red de Seguridad Alimentaria, liderada por Carlos Van Gelderen, miembro del directorio del CONICET en representación del agro, que rápidamente captó la enorme potencialidad que tiene el Consejo y armó esta red que está teniendo un éxito notable”. Y agregó que “es un problema serio de la Argentina, y que atraviesa muchísimas disciplinas, es maravilloso que este evento haya congregado tanta cantidad de personas”.

Por su parte el Dr. Carlos van Gelderen, director de la RSA, consideró: “Desde que empezamos a trabajar con los distintos grupos, me sorprendió la cantidad de temas relacionados con Arsénico. Estamos bregando por que la Argentina sea un proveedor confiable de alimentos de consumo interno y externo. Este es un tema que tiene mucho que ver con la producción, por eso decidimos hacer este taller”.

En el comienzo de las ronda de presentaciones, la Dra. Marta Litter, investigadora superior del CONICET, en la Comisión Nacional de Energía Atómica, explicó la inquietud de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL) de poder contar con un relevamiento de tecnologías para remoción de arsénico en agua que derivó en la formación del Grupo ad-hoc ‘Arsénico en Agua’ dentro de la RSA. Además, presentó el informe final que concerta los objetivos del grupo: generar un ámbito de intercambio entre la ciencia y la gestión es el principal eje.

Seguidamente, el Dr. César Quintero presentó el siguiente grupo ad-hoc surgido de la RSA, por un pedido de Molinos Río de La Plata y Cámara Argentina de Comercio (COPAL), para la investigación de los límites máximos de arsénico en granos de arroz y las conclusiones en el análisis. “¿Por qué es importante en arroz? Porque se cultiva inundado durante 100 días, y en anoxia -falta de oxígeno-. Uno de los objetivos es dar una opinión científica para sortear problemas de límites que ocurren en el cuanto al comercio exterior y en la Argentina se consumen 20 grs por día por persona”.

A raíz de este trabajo se realizó el primer mapeo del contenido de arsénico inorgánico y orgánico en diferentes variedades de arroz pulido de toda la zona productora de arroz de la Argentina.

Sería muy importante que Argentina pueda introducir una modificación en el “Reglamento técnico Mercosur sobre límites máximos de contaminantes inorgánicos en alimentos”, respecto del contenido de arsénico en arroz, adoptando los criterios establecidos en la normativa CODEX, así como en el reglamento Comisión Europea (las cuales establecen un límite de iAs de 0.20 mg Kg-1 para arroz pulido en lugar de 0.30 mg Kg-1 de As total) de manera de poder adaptarse a las normativas internacionales.

También en cuanto al consumo de frutas el Dr. Juan Martín Oteiza, investigador adjunto del CONICET en el Centro de Investigaciones y Asistencia Técnica a la Industria (CIATI), abarcó las investigaciones de su grupo ad-hoc, que surgió de un pedido de parte del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en el que concluyeron que en la actividad del valle del Río Negro, y la cuenca del río de mismo nombre, no se presentaron valores elevados de arsénico.

El Dr. Hugo Nicolli, investigador principal del CONICET, explicó el origen de este compuesto y su ocurrencia en los distintas partes de territorio nacional.

Un tema central de la jornada fue tratado en el apartado Arsénico y Salud, en el cual el Dr. Ariel Bardach, investigador adjunto del Consejo en el Centro de Investigación en Epidemiología y Salud Pública (CIESP, CONICET-IECS), abarcó los detalles de la principales efectos en la salud humana de una exposición prolongada a este compuesto. El Dr. Guillermo Grau, profesor adjunto de Toxicología en el Universidad de Buenos Aires, por su parte explicó sobre el Hidroarsenicismo Crónico Regional Argentino (HACRE), la enfermedad derivada de la exposición crónica al arsénico.

Por parte de la gestión institucional, el Ing. Jorge Durán de la secretaría de Infraestructura y Política Hídrica del Ministerio del Interior Obras Públicas y Vivienda de la Nación, especificó que desde la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento (DNAPyS), cuando se busca establecer una nueva norma “necesitamos que sea realista, flexible, exhaustiva, gradual, viva y estratégica”.

En el apartado Normativa y Salud, la Dra. Maria José Alzari, explicó los pormenores y complejidades del marco regulatorio y su impacto en la gestión institucional, entre otros detalles.

Las técnicas disponibles para la remoción de arsénico de agua, fueron presentadas por Ana Ingallinella (de la Universidad Nacional de Rosario), Lía Botto (del CEQUINOR, CONICET-UNLP), Sofía Frangie (INTI), Mónica Farfán (INIQUI, CONICET-UNSA),  Fernando García Einschlag (del INIFTA, CONICET-UNLP) y Gonzalo Difeo (INTI).

En el cierre, el Dr. Van Gelderen, agradeció a los participantes su presencia y confío: “La posibilidad que tiene la Red es la abarcar el problema desde la interdisciplinariedad: poder juntar a distintos profesionales para solucionar este problema, no quedarnos solo con el diagnóstico. La posibilidad técnico científica de la Argentina es increíble y la podemos usar para solucionar problemas de todos los días”.

Organizado por la Red de Seguridad Alimentaria se realizó el Taller Internacional de Análisis de Riesgo

 

El pasado viernes 8 de junio, organizado por la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET (RSA), se realizó en el Centro Cultural de la Ciencia (C3) el Taller Internacional sobre Análisis de Riesgo del que participaron autoridades e investigadores del CONICET y prestigiosos especialistas del exterior.

La RSA forma parte de Redes Institucionales Orientadas  a la Solución de Problemas (RISOP) impulsadas desde el CONICET y tiene como objetivo desarrollar y analizar información, con base científica tecnológica, de la situación actual en materia de seguridad alimentaria que sirva de base a la adopción de políticas públicas.

El rol específico de la Red está vinculado a responder consultas por parte de organismos de control y del sector privado en torno a la evaluación de los factores de riesgo presentes en la cadena agroalimentaria que pueden derivar en la contracción de enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA).

La apertura del Taller (tras la proyección de un sintético video institucional) estuvo a cargo del vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET, Dr. Miguel Laborde, y  Carlos Van Gelderen, director de la RSA y miembro del directorio del Consejo en representación de las organizaciones del agro.

En un sintético discurso, el Dr. Laborde destacó la tarea de la RSA  y dio la bienvenida a todos los participantes. El Dr. Van Gelderen, que más adelante volvería a subir al escenario, resaltó la importancia que tiene para un país agroexportador como la Argentina estar en línea con lo que el mundo exige en materia de seguridad alimentaria y agradeció la presencia de expositores extranjeros y nacionales. El Dr. Van Gelderen describió además algunas de las líneas de trabajo de la RSA y subrayó el carácter multidisciplinario que requiere la atención de la mayor parte de las consultas que llegan a la Red.

A continuación, fue el turno del Dr. Marcelo Signorini, investigador independiente del CONICET en la Estación Experimental Agropecuaria del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (EEA Rafaela, INTA) y especialista en evaluación de riesgo, quien realizó una introducción a los fundamentos del análisis de riesgo.

“El análisis de riesgo es una serie de pasos que siguen una secuencia lógica con el objetivo de tomar medidas sustentadas en ciencia. Es poner ciencia a las medidas de control que se aplican”,  afirmó Signorini.  Y continuó, “Está compuesto por tres elementos: la evaluación del riesgo, la gestión del riesgo y la comunicación del riesgo. La evaluación de riesgo es pura y exclusivamente científica, todo lo que se haga allí está sustentado en ciencia; lo que hace es tratar de decirle al gestor cuál es la probabilidad de que ocurra un determinado evento, de que un consumidor adquiera una enfermedad X por consumir un determinado alimento que fue producido, procesado, almacenado, distribuido, de acuerdo a nuestras condiciones locales”.

Tras la disertación de Signorini, fue el turno del Prof. Pablo Fernández, experto científico del Panel de Biological Hazards de la European Food Safety Authority (EFSA), quien justamente dio cuenta del rol de este organismo en la aplicación de análisis de riesgo en la Unión Europea.

Tras un breve corte, volvió a tomar la palabra el Dr. Van Gelderen, quien ofreció una caracterización del funcionamiento de la RSA, tomando como punto de partida la definición de seguridad alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) -acceso por parte de todas las personas en todo momento a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades- y de inocuidad como la ausencia en alimentos de causantes de enfermedades por la presencia de patógenos o contaminantes, cuyo logro implica un manejo coherente de los riesgos alimentarios con una visión continua del ‘campo a plato’, es decir, a lo largo de toda la cadena agroalimentaria.

El director del CONICET definió a la RSA como “Una red dinámica de investigadores del CONICET, INTA, INTI, CNA y universidades que genera conocimientos científicos que sireven como sustento técnico para que las autoridades definan las políticas de gestión y para proveer (a los organismos de verificación  y a la cadena agroalimentaria) información y recomendaciones científicas independientes e información sobre riesgos existentes y emergentes”.

Tras la palabras del Dr. Van Gelderen, el Dr. Marcos X. Sanchez, Prof. Asociado en Seguridad Alimentaria en la Universidad Tecnológica de Texas, Estados Unidos,  habló sobre la implementación del análisis de riesgos en agencias gubernamentales de Estados Unidos, Sudamérica y el Caribe.

Después del almuerzo tuvo lugar una ronda de preguntas de la que participaron los cuatros expositores y tras ello subió nuevamente al escenario el Dr. Signorini para hablar de la experiencia de la RSA en materia de evaluación de riesgo.

Para tal fin, el Dr. Signorini se centró en la presentación de un caso exitoso de evaluación de riegos realizada en el marco de la RSA, el de la ‘Evaluación de riesgos  de Listeria monocytogenes en chacinados embutidos secos y salazones crudas’ a pedido  de la Unión de la Industria Cárnica Argentina (UNICA) y que tuvo la responsabilidad de coordinar junto con el Dr. Gerardo Leotta, investigador independiente del CONICET en el Instituto de Genética Veterinaria “Ing. Fernando Noel Dulout” (IGEVET, CONICET).

Con las inundaciones y el calor, se registran casos de mortandad masiva de peces

21 de febrero de 2018
LA NACIÓN

Cientos de peces muertos en la laguna Don Tomás, en La Pampa Fuente: Télam

 

Las imágenes de centenares de peces muertos flotando en la orilla de una laguna de Santa Rosa (La Pampa), en un canal de El Fortín (Córdoba) o en brazos santafesinos del río Paraná provocaron sorpresa y hasta temor por las causas de estas mortandades masivas de pejerreyes, carpas, bagres blancos, surubíes, rayas, dientudos y chafalotes, entre otras especies de esas aguas.

Por ahora, todo indica que se trataría de un fenómeno de causa natural. La muerte sería por asfixia, por lo que autoridades sanitarias locales aconsejaron algunas precauciones. «Solo debe consumirse pescado fresco, que es el obtenido de especímenes sanos y de calidad adecuada para el consumo humano, lavados y conservados», indicaron desde la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria. Su titular, Eduardo Elizalde, aclaró: «Está totalmente desaconsejado el consumo de ejemplares muertos o moribundos en estas circunstancias, ya que los peces se descomponen rápido y podrían ser un grave riesgo para la salud».

El calor y las crecidas por las inundaciones habrían dejado esos cuerpos de agua, con poca corriente, sin oxígeno suficiente para los peces y otros organismos por un fenómeno llamado eutrofización.

«La mayoría de las mortandades masivas de peces en el país se registran desde los años 80. Son por aportes de materia orgánica que, al descomponerse, disminuye el oxígeno en el agua y produce anoxia», explicó Alejandra Volpedo, coordinadora del grupo ad hocPeces de la Red de Seguridad Alimentaria del Conicet por el Instituto de Investigaciones en Producción Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA.

«En esta época, se juntan dos situaciones: las inundaciones que arrastran materia orgánica a los cuerpos de agua y las altas temperaturas que reducen la solubilidad del oxígeno. El resultado visible son los peces muertos», agregó.Aunque no lo descartó, consideró «poco probable» que en estos casos la causa sea tóxica.

Pero, ante la necesidad de comprobar científicamente las causas, Volpedo consideró imprescindible que las provincias y la Nación adopten un plan de monitoreo de las aguas y peces y un protocolo para actuar ante estos casos.

Las imágenes que lugareños difundieron por las redes sociales impactan. Son mantas de peces que cubren el agua en la costa de uno de los cuencos de la laguna Don Tomás, en Santa Rosa; en el canal Florentino, cerca de El Fortín, en Córdoba, y en aguas santafesinas del Paraná, en Villa Ocampo y Romang. Pero eso se repite desde el mes pasado en otras provincias.

Ayer a la noche, en la costa norte de la laguna Don Tomás se habían retirado 15 toneladas de Odontesthes bonariensis o pejerreyes, un 90% de los ejemplares muertos. «En el 83 tuvimos una mortandad muy similar, pero de carpas, en el mismo predio, pero en otro cuenco», recordó Paola Aliaga, directora de Ambiente de la Municipalidad de Santa Rosa.

La funcionaria indicó que «sería interesante poder hacer un análisis de los peces». El fenómeno habría ocurrido el domingo pasado.

«Estas mortandades masivas de peces ocurren habitualmente en las lagunas pampásicas de la Argentina y es ante factores ambientales extremos, como el calor, la disminución de la concentración de oxígeno disuelto en el agua y el bajo nivel del pelo de agua. La mayoría de los peces muertos son pejerreyes, una especie muy sensible a la variación de aquellos factores», explicó Aliaga a LA NACION.

En Córdoba, ante la consulta de los medios, funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería provincial atribuyeron la mortandad de bagres blancos y carpas en el canal El Florentino a «una conjunción de factores» como el calor y la falta de oxigenación y el aporte de nutrientes. Lo mismo indicaron desde el Ministerio de Ambiente de Santa Fe sobre la mortandad de peces en el Paranacito, a la altura de Villa Ocampo o en Romang.

Por: Fabiola Czubaj

ENTRE RÍOS PARTICIPÓ DE LA JORNADA PRODUCCIÓN Y CONSUMO ALIMENTARIO EN LA REGIÓN CENTRO

12 DE OCTUBRE DE 2017

Los miembros de la Mesa Ejecutiva de la Región Centro abrieron la Jornada de Producción y Consumo Alimentario en la Región Centro, Seguridad Alimentaria y Sanitaria, realizada ayer en Córdoba. La iniciativa tuvo como objetivo conocer y reflexionar acerca de los sistemas alimentarios en la Región, con énfasis en la producción y el consumo, para delinear una agenda conjunta de problemáticas a atender.

Disertaron expertos de las Universidades participantes en el Foro de la Región Centro; representantes de las autoridades gubernamentales de la Región; CONICET (RSA), INTA, INTI, CNEA e IRAM.

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos no son sólo tres provincias productoras de alimentos. Son, en su conjunto, el polo productivo más importante del país. De sus tierras y de sus fábricas salen los alimentos que consumen buena parte de los argentinos y una buena porción de los habitantes del mundo. Esa posición relevante, obliga a la Región Centro a extremar las medidas de seguridad para lograr que los mercados del país y del mundo sigan consumiendo nuestros alimentos y, de esa manera, se genere más y mejor trabajo en nuestros pueblos. Descuidar la calidad de nuestros productos o que se disminuyan los controles puede generar un perjuicio económico desequilibrante para la región.

En este marco, se realizó la Jornada Producción y Consumo Alimentario en la Región Centro, cuyo objetivo fue conocer y reflexionar acerca de los sistemas alimentarios en la Región, con énfasis en la producción y el consumo, para delinear una agenda conjunta de problemáticas a atender; así como tratar experiencias fructíferas, que permitan identificar soluciones factibles.

La actividad fue organizada por el Foro de Universidades de la Región Centro- Capítulo Córdoba, el Consejo Federal de Inversiones y la Secretaría de Integración Regional y Relaciones Internacionales de Córdoba; y se desarrolló- hoy- en la sede del Centro de Investigación y Estudios sobre Cultura y Sociedad, ubicado en el Campus de la Universidad Nacional de Córdoba.

Durante la apertura, el presidente del Ente Región Centro e Integración Regional del Gobierno de Entre Ríos, Pablo Biaggini, que participó representando a Entre Ríos en su carácter de integrante de la Mesa Ejecutiva de la Región Centro, señaló: “La Mesa Ejecutiva, conforme a las directivas de la Junta de Gobernadores, estimula los ámbitos de trabajo colaborativos y participativos, tales como el Foro de Universidades de la Región Centro. En este sentido, la participación público privada se encuentra inscripta en el ADN de nuestra Región. En esta inteligencia, valoramos positivamente los aportes que se realizarán en la jornada de hoy, relacionadas con la seguridad alimentaria, en orden al mejoramiento continuo en el diseño y ejecución de las políticas públicas”. Y destacó que “la Región Centro lidera mundialmente la producción y exportación de alimentos, lo que pone de manifiesto la trascendencia de la temática que nos ocupa”.

Al respecto, el secretario de Integración Regional y Relaciones Internacionales de Córdoba, Carlos Alessandri, dijo: “Además de tener esta visión de mercado para la producción de alimentos, no podemos dejar de estar atentos a nuestras propias poblaciones como consumidores primarios de esos productos. Tenemos, por lo tanto, una responsabilidad social que las instituciones debemos tomar como uno de nuestros principales objetivos”.

También manifestó la importancia de esta jornada y agregó: “lo que surja de estos debates depende la continuidad y la mejora de las políticas de producción, de la inserción en el mundo y de la seguridad de nuestras poblaciones”.

De la apertura participaron también, la secretaria de Relaciones Internacionales e Integración del Gobierno de Santa Fe, María Julia Reyna; y representantes de Universidades de la Región Centro.

Este fue el primero de tres encuentros que se realizarán en las provincias que componen la Región Centro. Se pretende así determinar los alcances y limitaciones de las políticas públicas, en los diferentes niveles de gobierno, que acompañan los desarrollos productivos y también aquellas vinculadas con la comercialización de los alimentos.

De la misma forma, se apunta a socializar la problemática, en base a investigaciones realizadas en el marco de las Universidades de la Región, lo que sucede en los barrios socio-segregados respecto a la implementación de programas sociales alimentarios que tienen como objetivo el acceso alimentario familiar.

Además, se intenta estimular y promover la interacción de redes en las provincias de Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe con instituciones sanitarias nacionales e internacionales que gestionan el riesgo desde la Seguridad Alimentaria, como así también realizar análisis de riesgo para identificar y priorizar el curso de acción sobre los peligros en diferentes cadenas agroalimentarias.

 

Detalles de la jornada

Diversos expertos abordaron las temáticas a partir de sus conocimientos e investigaciones. Disertaron académicos de las Universidades participantes en el Foro de la Región Centro; representantes de las autoridades gubernamentales de la Región; y de los organismos CONICET (RSA), INTA, INTI, CNEA e IRAM.

Durante la mañana, Juliana Huergo y Martin Eynard (CIECS-CONICET y UNC) plantearon Alimentación, Seguridad y Soberanía Alimentaria. Las aristas del debate; Andrea Marin (UNC, Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales) expuso sobre El Sistema Agroalimentario con abordaje desde la complejidad para el desarrollo sostenible de las cadenas de valor; Carlos van Gelderen (director del CONICET y de la RSA) analizó ¿Qué es la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET, RSA?; Gerardo Leotta (IGEVET, CONICET-UNLP- Red de Seguridad Alimentaria) analizó cómo se puede mejorar la calidad de la carne que consumimos y reducir amenazas para la salud pública; además, la gerente Regional del IRAM, Marcela Carignani, expuso sobre Consumidores conscientes: cambio de visión de la estructura proveedor-cliente. El consumidor como personaje activo en la cadena alimentaria, tendencias de actualizaciones de las normativas internacionales.

Por la tarde, Federico Priotti, director de Alimentos de Córdoba- RNE- RNPA-Rótulo- Etiquetado, expuso el esquema legal para productores de alimentos en Córdoba; mientras que a su turno, referentes de SECyT/SEU UNC presentaron un proyecto de investigación/extensión relacionado con una problemática de eje alimentario en Córdoba. La moderadora fue Andrea Marín, de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba.

Fuente: Prensa Ente Región Centro.

JORNADA: PRODUCCIÓN Y CONSUMO ALIMENTARIO EN LA REGIÓN CENTRO

12 DE OCTUBRE DE 2017

Esta mañana, con la presencia de los miembros de la Mesa Ejecutiva de la Región Centro, se dio inicio al desarrollo de la Jornada de Producción y Consumo Alimentario en la Región, Seguridad Alimentaria y Sanitaria. El encuentro se realizó en la sede del Centro de Investigación y Estudios sobre Cultura y Sociedad, y es organizado por el Foro de Universidades de Universidades de la Región Centro, capítulo Córdoba, la Secretaría de Integración Regional y Relaciones Internacionales y el Consejo Federal de Inversiones (CFI).

La jornada tiene por objeto reflexionar acerca de los sistemas alimentarios con énfasis en la producción y el consumo, para delinear una agenda conjunta de problemáticas a atender y dar cuenta de experiencias fructíferas para su abordaje que permitan identificar soluciones factibles.

Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos no son sólo tres provincias productoras de alimentos. Son, en su conjunto, el polo productivo más importante del país. De sus tierras y de sus fábricas salen los alimentos que consumen buena parte de los argentinos y una buena porción de los habitantes del mundo. Esa posición relevante, obliga a la Región Centro a extremar las medidas de seguridad para lograr que los mercados del país y del mundo sigan consumiendo nuestros alimentos y, de esa manera, se genere más y mejor trabajo en nuestros pueblos. Descuidar la calidad de nuestros productos o que se disminuyan los controles puede generar un perjuicio económico desequilibrante para la región.

Al respecto, el secretario de Integración Regional y Relaciones Internacionales, Carlos Alesandri dijo: “Además de tener esta visión de mercado para la producción de alimentos, no podemos dejar de estar atentos a nuestras propias poblaciones como consumidores primarios de esos productos. Tenemos, por lo tanto, una responsabilidad social que las instituciones debemos tomar como uno de nuestros principales objetivos”. También manifestó la importancia de esta jornada y agregó: “lo que surja de estos debates depende la continuidad y la mejora de las políticas de producción, de la inserción en el mundo y de la seguridad de nuestras poblaciones”.

Se realizarán tres encuentros en las provincias que componen la Región Centro, los mismos pretenden determinar los alcances y limitaciones de las políticas públicas, en los diferentes niveles de gobierno, que acompañan los desarrollos productivos y también aquellas vinculadas con la comercialización de los alimentos. De la misma forma se apunta a socializar la problemática, en base a investigaciones realizadas en el marco de las Universidades de la Región Centro, lo que sucede en los barrios socio-segregados respecto a la implementación de programas sociales alimentarios que tienen como objetivo el acceso alimentario familiar.

El Foro de Universidades lleva adelante esta jornada que intenta estimular y promover la interacción de redes en la Región Centro con instituciones sanitarias nacionales e internacionales que gestionan el riesgo desde la Seguridad Alimentaria, como así también realizar análisis de riesgo para identificar y priorizar el curso de acción sobre los peligros en diferentes cadenas agroalimentarias.

Colaboran con el objetivo de esta jornada las disertaciones de la doctora Juliana Huergo; doctor Martín Eynard (CIECS-CONICET y UNC); magister Andrea Marin (UNC Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales); doctor Carlos van Gelderen; director del CONICET; doctor Gerardo Leotta (IGEVET, CONICET-UNLP) Red de Seguridad Alimentaria; magister Marcela Carignani (Gerente Regional del IRAM); magislter Federico Priotti; doctor Pablo Ribotta (Director del ISIDSA- Investigador del CONICET) y doctor Abel López (Director del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la FCEFyN de la UNC); quienes con su aporte ayudarán a la elaboración de un documento para su difusión.

PORTAL DE NOTICIAS – GOBIERNO DE LA CIUDAD DE CÓRDOBA

EL HAMBRE NO ESPERA

MIÉRCOLES 27 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Un reciente informe de diferentes agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó que el hambre aumentó en 2016, por primera vez desde 2003, hasta afectar a 815 millones de personas. El estudio destaca que tras más de una década de avances, el año pasado el número de personas que sufren la falta de alimento aumentó en 38 millones respecto de 2015, y su porcentaje, equivalente al 11% de la población, volvió a situarse en niveles de 2012. El incremento se debe, por un lado, a la proliferación de conflictos violentos y, por el otro, a las perturbaciones climáticas.

Los responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Unicef, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su prólogo conjunto del informe sobre «El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo», señalan que «en la última década, los conflictos han aumentado de manera dramática y se han vuelto más complejos e irresolubles por su naturaleza». Subrayan «que algunas de las tasas más elevadas de niños con inseguridad alimentaria y malnutrición se concentran ahora en zonas de conflicto». En Sudán del Sur, por ejemplo, los alimentos incluso son utilizados como «arma de guerra».

El informe es la primera evaluación global de la ONU sobre seguridad alimentaria y nutrición que se publica tras la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo objetivo es acabar para ese entonces con el hambre y todas las formas de malnutrición como una de las principales prioridades de las políticas internacionales. Los expertos manifiestan que no se logrará ese objetivo para 2030 a menos que abordemos todos los factores que socavan la seguridad alimentaria y la nutrición. Garantizar sociedades pacíficas e inclusivas es condición necesaria para ese objetivo.

El estudio destaca que unos 155 millones de niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, mientras que 52 millones sufren desnutrición aguda, lo que significa que su peso es demasiado bajo para su estatura. Como contraparte, 41 millones de niños tienen sobrepeso. Asegurar el derecho a la alimentación debería ser el primero de los objetivos de cualquier política pública para un gobernante. Si bien la mayoría de las víctimas están en Asia, es en África donde la gravedad de la crisis afecta al mayor porcentaje de la población: 20%.

Como bien señaló en 2009 el entonces papa Benedicto XVI en la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria, «el hambre es el signo más cruel de la pobreza». No es menor que el hambre mate año tras año a más personas que el sida, la malaria y la tuberculosis juntos.

Erradicarla es fundamental, para lo cual debemos comprender sus causas más profundas y no atribuirlas sólo a un desequilibrio numérico entre cantidad de alimentos y población. Es tiempo de acción y los organismos internacionales y los gobiernos deben profundizar las medidas para acabar con el hambre. Deberán actuar en diferentes frentes: luchando contra el progresivo aumento de la temperatura terrestre, origen de sequías extremas que causan crisis alimentarias; extremando esfuerzos diplomáticos para solucionar conflictos, y, finalmente, fortaleciendo programas de las Naciones Unidas que brindan protección social y ayuda a los países en desarrollo. Sin combatir y reducir el hambre, el progreso en la lucha contra la pobreza será más lento y trabajoso.

Siendo la Argentina un gran productor de alimentos, es escandaloso que tantos compatriotas sufran hambre. No podemos continuar desperdiciando diariamente un kilo de comida por persona. La ley de emergencia alimentaria nacional, ingresada recientemente para su tratamiento en el Congreso, tras meses de reclamos sociales, propone un programa nacional de seguridad alimentaria y nutricional como instrumento para garantizar la alimentación de la población más vulnerable menor de 16 años. Más simple aún, la sanción de la llamada ley del buen samaritano también traería muchísimo alivio a comedores y excluidos al promover las donaciones; sin embargo, aguarda desde hace años su sanción. No hay tiempo que perder. El hambre no espera.

LA NACIÓN

LOS FRUTOS DEL VENENO – Plaguicidas en recién nacidos

LUNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2017

La economía del Alto Valle de las provincias de Río Negro y Neuquén depende, en gran medida, de su producción frutícola. Con la finalidad de evitar las pérdidas de productividad que ocasionan los insectos, esta actividad económica va acompañada por la pulverización de cientos de toneladas anuales de plaguicidas, cuya aplicación se efectúa a lo largo de octubre, noviembre y diciembre.
“La particularidad que tiene esta región es que las viviendas de las poblaciones rurales están muy próximas a los emprendimientos frutícolas. Además, la época de aplicación de los plaguicidas coincide con la época de mayores vientos”, señala María Gabriela Rovedatti, del Laboratorio de Toxicología de Mezclas Químicas de Exactas UBA, una de las autoras del estudio que acaba de publicarse en la revista científica Environmental Science and Pollution Research.
“Es el primer estudio que analiza la sangre del cordón umbilical de bebés nacidos de mujeres que residen en estas poblaciones rurales, y encontramos alteraciones bioquímicas que indican un impacto de los plaguicidas”, revela Rovedatti.
Madres sanas
Las viviendas de las poblaciones rurales están muy próximas a los emprendimientos frutícolas, cuyo límite está marcado por la hilera de álamos que se observan en la foto (ver artículo).
El trabajo científico incluyó a 151 mujeres saludables de entre 16 y 35 años de edad que estaban cursando el tercer trimestre de su embarazo. Para descartar otros factores que pudieran influir en el estudio, se excluyó a las fumadoras, a aquellas que sufrían alguna enfermedad crónica y a las que desarrollaron alguna complicación durante la gestación.
Por la misma razón, las mujeres incluidas en el estudio eran todas del mismo grupo étnico (latinas) y formaban parte de un hogar de ingresos económicos medios. Asimismo, fueron seleccionadas solamente aquellas que parieron un solo bebé, nacido saludable y a término, en un hospital público.
Para el análisis, fueron divididas en tres grupos. Por un lado, aquellas que residen en áreas rurales y que cursaron su tercer trimestre de embarazo durante la época de fumigación. Por otro lado, las residentes rurales cuyo último trimestre de gestación no coincidió con el período de pulverización. Finalmente, el tercer grupo estaba conformado por mujeres que residen en la ciudad de Neuquén y que nunca habían estado expuestas a los plaguicidas.
“El análisis de la sangre del cordón umbilical muestra, en el caso de las residentes rurales, que los glóbulos rojos son más frágiles y que hay mayor daño en el ADN de los linfocitos”, informa Rovedatti.
Según la investigadora, “ya se sabe que este tipo de plaguicidas atraviesan la placenta y llegan al feto. Estos resultados, junto con los de trabajos nuestros anteriores, dan indicios de que esta población está siendo impactada por los plaguicidas por el solo hecho de residir en esas zonas rurales”.
Niños en riesgo
La UNCo realiza talleres educativos para ayudar a la población rural a prevenir conductas de riesgo.
Desde hace ya varios años, la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) estudia los efectos de las fumigaciones sobre las poblaciones rurales del Alto Valle. Hasta que se mudó a Buenos Aires, Rovedatti formó parte de esa institución y participó de numerosos talleres educativos sostenidos por la UNCo, que estaban enfocados en informar para la prevención de conductas de riesgo.
“No se puede tener resultados que afectan a una población y no hacer nada con ellos”, acota la investigadora.
Para elaborar los contenidos de los talleres, encuestaron a los pobladores rurales: “Encontramos que el 80% de las mujeres no sabía cuál era la época de aplicación de los plaguicidas y que un porcentaje alto comía las frutas directamente del árbol cuando todavía estaban contaminadas”, ilustra.
Por su menor tamaño corporal, para la misma cantidad de plaguicida, los niños tienen mayor riesgo de intoxicarse que los adultos: “La encuesta mostró que, por desconocimiento de los riesgos, durante el tiempo de fumigación las madres dejaban jugar a los chicos afuera y colgaban la ropa de los niños en el exterior. Además, los chicos se bañaban en los canales de riego, que son los desagües de los plaguicidas”.
Además de Rovedatti, el trabajo de investigación lo firman María Quintana, Berta Vera, Gladis Magnarelli y Natalia Guiñazú, todas ellas investigadoras de la UNCo.
“Sabemos que los resultados de nuestras investigaciones pueden afectar intereses que tienen que ver con la producción frutícola y con la comercialización de plaguicidas”, dice Rovedatti. “Pero además de pensar en aumentar la producción, tenemos que cuidar a las personas, sobre todo a los chicos y a las embarazadas que son más vulnerables”, opina.

www.nexciencia.exactas.uba.ar

LINK AL ARTÍCULO

EL HAMBRE AUMENTA POR PRIMERA VEZ EN CASI 15 AÑOS

15 DE SEPTIEMBRE DE 2017

El hambre aumenta por primera vez en casi 15 años

Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación

Más de 815 millones de personas, casi tantos como los habitantes de la Unión Europea y Estados Unidos juntos. Toda esa gente se va a dormir cada día sin haber comido las calorías mínimas para su actividad diaria. Pero lo abultado de la cifra, calculada por la Organización de Naciones Unidas y publicada el 15 de septiembre, no es una novedad: el número de hambrientos oficiales oscila entre 900 y 700 millones desde comienzos de este siglo. La noticia es que, por primera vez desde 2003, el hambre repunta.

Este aumento respecto a los casi 777 millones de subalimentados que se imputan a 2015 no ha sido una sorpresa absoluta: había señales de sobra para preverla. La hambruna ha reaparecido este año en Sudán del Sur y hay otros tres países (Yemen, Somalia y el norte de Nigeria) cerca de caer en sus garras. En los últimos años han estallado guerras y enfrentamientos que se alargan y se agravan (de hecho, 6 de cada 10 hambrientos viven en países en conflicto). Y también hay regiones muy dependientes de la agricultura que llevan tres o más temporadas sufriendo sequías, inundaciones y otros impactos climáticos. Estos son, precisamente, los factores que explican la subida.

Si hace un año 10,6% de la humanidad pasaba hambre, hoy es 11%. “Son muy malas noticias”, lamenta Kostas Stamulis, director general adjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la agencia que hace los cálculos anuales del número de personas subalimentadas, o que no consumen el número de calorías mínimo para sus necesidades vitales. “Por eso esperamos que al menos sirvan para hacer saltar la alarma y que los países escuchen”, reflexiona Stamulis.

La agencia insiste: acabar con el hambre es una cuestión de voluntad política. Porque se producen alimentos más que de sobra para que los casi 7.500 millones de habitantes del planeta coman lo que necesitan para una vida plena. El problema es casi siempre de distribución: hay regiones a las que no llega comida suficiente, hay personas (o comunidades enteras) a quienes no les llega para comprarla.

Detrás de esa compleja realidad llamada hambre subyacen, obviamente, problemas de pobreza y vulnerabilidad. Porque una sequía puede provocar grandes pérdidas económicas en California; pero si las lluvias faltan en Etiopía, cientos de miles de pastores etíopes que sobreviven gracias a sus animales los perderán. Y con ellos, su fuente de comida. La ofensiva militar contra Boko Haram que se vive en el norte de Nigeria puede provocar desplazados (casi Mapa 1. Personas que no comen lo suficiente. En porcentaje del total regional y variación 2016/2015, en puntos porcentuales. Mapa 2. Principales conflictos e impactos climáticos. 11 dos millones) y destrucción; pero si una mayoría de la población comía de lo que cultivaba, cuando se ve obligada a abandonar sus campos o estos quedan arrasados, se queda sin la única forma de encontrar alimento por sí misma. Y un aumento o caída de los precios globales del maíz pueden alterar el precio de las mazorcas en un supermercado español. Pero también arruinar o exponer al hambre (o ambas a la vez) a miles de pequeños productores.

Por eso, la respuesta que los autores del informe ofrecen pasa por atender con rapidez las situaciones de emergencia alimentaria provocadas por la violencia o el clima (o de la explosiva combinación de ambos). Y por fomentar y proteger la paz. Pero también, y sobre todo –y ahí es donde entra en juego la voluntad política– por invertir y apoyar el desarrollo y la capacidad de los más vulnerables para resistir estos contratiempos, como marcan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en 2015 por los 193 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Por crear además oportunidades laborales y sociales que hagan desaparecer también a los hambrientos urbanos, un colectivo en peligro de expansión con el crecimiento de las ciudades. Y por establecer mecanismos comerciales que no dejen la alimentación de países enteros expuesta a los vaivenes del mercado.

Este repunte del hambre es, desde luego, un fuerte correctivo a los ODS, ese programa global concebido entre promesas de cambio y buenas intenciones. La segunda de esas metas que la ONU y sus países miembros se han marcado para el año 2030 es acabar con el hambre y la malnutrición. Pero precisamente cuando echan a andar, no solo no hay progresos, sino que se rompe la serie de casi tres lustros de descensos.

“Aún es pronto para saber si se trata de una nueva tendencia o es algo puntual debido a las crisis abiertas”, previene el alto cargo de la FAO. Los autores del informe, en el que también participan el Programa Mundial de Alimentos, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) o la Organización Mundial de la Salud, advierten sobre la necesidad de seguir mejorando “la fiabilidad de las estimaciones”, que están sujetas a continuas actualizaciones. Distintas voces han criticado esos cambios a posteriori, preguntándose incluso si no se maquillan los números para aparentar que se cumplen objetivos.

“Somos absolutamente transparentes con los datos”, asegura Stamulis. “Son números que nos aportan los países y que nosotros después analizamos y comprobamos”. Esa información remitida por los Estados incluye la producción, suministro y comercio de alimentos y la demografía (edad, sexo, ocupaciones de la población…) para calcular el consumo de calorías y relacionarlo con la energía que necesita cada persona. Pero hay países que meses o años después corrigen las estadísticas enviadas. Aunque la metodología no cambia, esas variaciones hacen que cada nuevo informe deje desfasado el anterior. “Ahora mismo son los mejores datos que podemos tener”, mantiene el griego.

Esa diversidad de fuentes (este año se han incluido números estimados por el UNICEF o la OMS) admite el directivo de la FAO, puede estar detrás de una de las buenas noticias que recoge el texto: los retrasos en el crecimiento por desnutrición en menores de cinco años apuntan una tendencia mucho más positiva: aunque aún los sufren 155 millones de niños, la reducción desde 2005 ha sido de 6,6 puntos (de 29,5% a 22,9%).

Los distintos tipos de desnutrición, sobrepeso infantil, anemia femenina u obesidad entre adultos se incluyen por primera vez en un informe que ha cambiado de nombre: ya no habla del estado de la inseguridad alimentaria, sino de la seguridad alimentaria y la nutrición. La idea, apunta el documento, es entender mejor la relación entre la seguridad alimentaria (la garantía de ingerir calorías suficientes) y una buena nutrición (que estas provengan de alimentos sanos y con la aportación de los nutrientes adecuados).

Aunque el informe de este año es negativo, la serie histórica arroja progresos. En 2000, los obligados a dedicar su día a día a buscar algo de comer, los condenados a no desarrollar todo su potencial físico y humano, eran 14,7% de la población mundial. Hoy son 11%. Pero, como se pregunta el escritor argentino Martín Caparrós en su enciclopédico El hambre: “¿Y si en lugar de ser cientos millones de hambrientos fueran 100? ¿Y si fueran 24? ¿Entonces diríamos ‘ah, bueno, no es tan grave’? ¿A partir de cuántos empieza a ser grave?”.

RED DE SEGURIDAD ALIMENTARIA: presentación de casos de éxito, ejes de trabajo y logros alcanzados

LUNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Ver video Presentación de la RSA

En el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia del Polo Científico Tecnológico se presentaron casos de éxito, ejes de trabajo y logros alcanzados de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET): una unidad de referencia que tiene como objetivo desarrollar y analizar información, con fundamento científico tecnológico, de la situación actual en materia de Seguridad Alimentaria, que sirva como base para definir políticas de gestión en cooperación con autoridades nacionales y regionales. Para ello, promueve la interacción del CONICET y otros organismos de ciencia, con instituciones  nacionales e internacionales encargadas de la gestión del riesgo en materia de seguridad alimentaria.

Durante la apertura institucional, el doctor Alejandro Ceccatto, presidente del CONICET, expresó: “Buscamos en esta gestión del Consejo, y por eso el slogan “CONICET Ciencia en tu vida”, que además de que la sociedad considere al organismo como una institución prestigiosa -pero algo lejana- pueda lentamente entender como lo que se hace desde el Consejo afecta para bien la vida de cada una de las personas de este país, y claramente la Red de Seguridad Alimentaria va en esta dirección”.

Además, Ceccatto, hizo referencia a las redes temáticas del Consejo que tratan diversos temas, requieren un abordaje permanente y una cooperación entre distintos institutos e investigadores, y en muchos casos exceden las fronteras del CONICET e implican una asociación con otros organismos y universidades. En relación a la RSA sostuvo que: “Argentina se presenta al mundo como un productor de alimentos de calidad y el primer paso para que eso sea creíble para los compradores internacionales es que tengamos una organización en el control y la calidad de los alimentos. La Red compuesta por investigadores del Consejo, del INTA, el INTI, la CNEA, y universidades nacionales, se propone como una herramienta técnica que incorpora los últimos adelantos científicos y tecnológicos, como un auxiliar técnico para que las áreas específicas que tienen que garantizar la sanidad, la seguridad alimentaria en el país y en las exportaciones”.

Por su parte, el doctor Carlos Van Gelderen, director de la RSA y miembro del Directorio del Consejo, delineó los desafíos de la Red en un contexto mundial donde “para el 2050 la población será de 9 billones de personas y la demanda de alimentos en los próximos 50 años superará lo consumido en los últimos 7 mil años”. A su vez, resaltó los objetivos estratégicos de dicha Red: “Aportar criterios técnicos y científicos para promover la excelencia de los alimentos de la Argentina y el Mercosur, aumentar la confianza del consumidor, y alcanzar un sistema de análisis de riesgo más eficiente, uniforme y reconocido internacionalmente”.

Y agregó que entre los objetivos también, están “promover líneas de investigación que tiendan a la resolución de problemas de la comunidad y el sector productivo, recopilar y generar información objetiva que permita aportar el último conocimiento científico disponible de forma tal que los organismos de control puedan tomar decisiones de gestión del riesgo, redactar la legislación y realizar las verificaciones sobre seguridad alimentaria con bases científicas”,

En este sentido, el M.V. Javier Pardo, coordinador operativo de la RSA, expuso acerca de la estructura de la Red, su metodología de trabajo y realizó una breve presentación de los grupos de investigación que la integran. Además, remarcó su multidisciplinariedad e interinstitucionalidad. Según Pardo “todos los problemas que se presentan se tienen que resolver de manera interdisciplinaria, de forma holística. Actualmente esta Red dinámica está integrada por 135 investigadores, 13 grupos ad hoc, y más de 50 instituciones de Ciencia y Técnica forman parte de estos grupos”.

Y a modo de reflexión, Pardo concluyó que: “Desde la Red creemos que tenemos que trabajar en temas concretos para resolver problemas concretos de la gente y que todos los que trabajamos en instituciones públicas del Estado tenemos el deber, a través de nuestro trabajo, de mejorar la calidad de vida de todos los que vivimos en la Argentina”.

Cabe destacar que la RSA es desde junio 2016 miembro permanente de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL).

Casos de éxito

Durante la jornada se presentaron grupos ad hoc de la RSA dando cuenta dos años de logros y consolidación de capacidad científico técnica. En primer lugar, el grupo ad hoc “Irradiación de alimentos”, expuso acerca de si es seguro comer alimentos irradiados. Este grupo surgió porque desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) requirieron una opinión imparcial sobre sus posibilidades de uso, sobre cuales productos se podría utilizar, costos económicos, etc. El grupo es coordinado por la doctora Celina Horak de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), quien destacó que “hay que trabajar en Red para sacar lo mejor de cada una de las instituciones”. Para ver el informe haga click aquí.

Posteriormente, el doctor Juan Martín Oteiza, investigador adjunto del Consejo y uno de los coordinadores del  grupo ad hoc “Hongos filamentosos en Conservas de Tomate” expuso acerca de si es adecuado el método actual para determinar la calidad de las conservas de tomate. Para ver el informe haga click aquí.

Trabajar en red para resolver problemas de la comunidad, el Estado y el sector agroalimentario fue otro de los ejes temáticos de la jornada. Allí se presentó el Programa Carnicerías Saludables(CONICET/Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina), con la siguiente pregunta disparadora: ¿Se puede mejorar la calidad de la carne que consumimos y reducir amenazas para la salud pública? El doctor Gerardo Leotta, coordinador del grupo e investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Genética Veterinaria ‘Ing. Fernando Noel Dulout’ (IGEVET, CONICET – UNLP) fue el encargado de dicha presentación.

A su turno, el doctor Marcelo Signorini – INTA Rafaela-CONICET-, coordinador de uno de los grupos ad hoc más jóvenes de la Red presentó: Listeria monocytogenes en chacinados embutidos secos y salazones crudas. Y explicó: “Tratamos de evaluar como va evolucionando la presencia y carga de la bacteria en embutidos a lo largo de todo su procesamiento, desde que tengo la materia prima hasta que estoy comiendo una picada en mi casa, y cuál es la probabilidad de que me enferme por consumir un tipo de producto como este”.

Por último, se presentó el grupo ad hoc “Peces”. ¿Es seguro el consumo de sábalos del Río de La Plata? Su coordinadora, la doctora Alejandra Volpedo, investigadora del Consejo en la Unidad Ejecutora de Investigaciones en Producción Animal (INPA, CONICET-UBA), estuvo a cargo de dicha exposición. Para ver el informe haga click aquí.

Para más información acerca de la Red de Seguridad Alimentaria haga click aquí

Para ver el video sobre el evento haga click aquí. 

CIENTÍFICOS PREPARAN UN DOCUMENTO SOBRE PRESENCIA DE AGROQUÍMICOS EN LOS ALIMENTOS

17 DE AGOSTO DE 2017

La directora del grupo de “Ecotoxicología y Contaminación Ambiental” del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Iimyc, Conicet- UNMdP), Karina Miglioranza, forma parte del grupo ad-hoc Agroquímicos (GIAH-Agroquímicos) de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA, Conicet). En ese contexto, la especialista participó de una reunión sobre residuos de agroquímicos en los alimentos, en la sede central del Conicet, junto a sus colegas de la Comisión y los integrantes del comité Asesor Permanente de la RSA, entre ellos: Senasa, Ministerio de Agroindustria de la Nación, Ministerio de Salud de la Nación, INTI, Instituto Nacional de Alimentos-Anmat y la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria.

La reunión tuvo como principales objetivos identificar y consensuar un sistema de control de riesgos, intercambiar formas de tratamiento y control de cada institución e identificar representantes de los organismos de gestores de riesgo.

Es que el grupo se encuentra en el proceso de análisis e intercambio que permita obtener, para finales de este año, un primer documento en tema Agroquímicos, que sirva como base para futuras legislaciones y decisiones a tomar por los gestores del riesgo.

El encuentro se realizó en el marco de la RSA de Conicet, una unidad de referencia que desarrolla y analiza información sobre la seguridad alimentaria, brindando asistencia técnica y recomendaciones científicas sobre los riesgos existentes y emergentes.

Miglioranza compartió el encuentro con especialistas pertenecientes a Conicet en diferentes campos de la Toxicología de Plaguicidas incluyendo determinación de Residuos de Ingredientes Activos matrices ambientales y alimentos, efectos agudos y Trastornos Crónicos asociados a la exposición a plaguicidas, evaluación de Impacto Colateral (exposición y efectos) del uso de agroquímicos en poblaciones vulnerables del país (Patagonia Norte y Región Centro), evaluación de Riesgo Acumulativo de Toxicidad (coexposición a múltiples plaguicidas) y manejo Racional de Plaguicidas para reducir exposición en humanos.

El grupo se encuentra considerando todos los factores que influyen y cuáles y cuanto de los agroquímicos plaguicidas ingresan a nuestros estómagos con nuestras comidas diarias.

“Nuestro fin último es contribuir a la optimización de los sistemas de prevención de trastornos de salud debido a la exposición alimentaria a plaguicidas, como del mantenimiento de la competitividad de la producción argentina de alimentos para el mercado interno y el externo” aseveraron desde el grupo.

CRECE EN LA UE EL ESCÁNDALO POR MILES DE HUEVOS CONTAMINADOS

SÁBADO 12 DE AGOSTO DE 2017

BRUSELAS.- Esta vez no fueron atentados terroristas, olas migratorias ni candidatos extremistas los que sacudieron la atención de la Unión Europea (UE), sino la insólita contaminación de millones de huevos con un insecticida peligroso para la salud, que motivó la convocatoria de una reunión extraordinaria para septiembre.

Desde que comenzó el escándalo, la semana pasada, se destruyeron o retiraron de la venta millones de huevos contaminados en 17 países, incluso fuera del bloque comunitario, como Hong Kong.

El escándalo, además del riesgo sanitario, tuvo consecuencias políticas, ya que Bélgica, Holanda y Alemania se atribuyen mutuamente la culpa. Los más afectados son los productores avícolas, que culpan a la industria química por poner en jaque su negocio y causar peligro a los consumidores.

Anteayer fueron detenidos dos dirigentes «de la empresa que probablemente aplicó el producto en los criaderos avícolas», según medios holandeses, aunque las repercusiones judiciales se dieron también en los otros dos países. Cerca de 6000 litros «de productos prohibidos» fueron incautados en julio en una empresa belga, según la fiscalía de Amberes.

El insecticida en la mira es el fipronil, nocivo para la salud humana, que se halló mezclado con otro producto rociado sobre los pollos para eliminar garrapatas, pulgas y piojos llamado Dega 16.

En el ida y vuelta de responsabilidades, Bélgica acusó a Holanda de haber tratado a la ligera una información anónima recibida en noviembre de 2016 sobre el uso de fipronil en las granjas holandesas, entre los principales reproches.

«En cualquier crisis se cometen errores, es claramente el caso de ésta», reconoció ayer la ministra de Salud holandesa. «Pero no había ningún indicio de que el fipronil se encontrase en los huevos en ese momento», agregó.

Los huevos o productos derivados llegaron, además de los países mencionados, a Austria, Gran Bretaña, Dinamarca, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Polonia, Rumania, Eslovenia, Eslovaquia, Suecia y Suiza. La Comisión Europea convocó a una reunión de ministros y representantes de las agencias de seguridad alimentaria de todos los países de la UE implicados, a celebrarse el 26 de septiembre.

Los huevos contaminados presentan riesgos limitados para la salud del consumidor, ya que las dosis de fipronil potencialmente ingeridas en el marco del escándalo se mantienen muy por debajo de las dosis nocivas.

Según la Agencia de Seguridad de Alimentación francesa, «la cantidad máxima de huevos (contaminados) que se pueden consumir varía de uno (para un chico de 1 a 3 años) a diez al día (para un adulto)».

LA NACIÓN – Agencias AP, AFP y DPA

ALERTAN SOBRE LA PRESENCIA DE MICROPLÁSTICOS EN PECES DEL RÍO DE LA PLATA

VIERNES 11 DE AGOSTO DE 2017

Peces recogidos en zonas costeras del Río de la Plata, tales como el surubí, el sábalo, el patí, el pejerrey y la carpa, albergan en su tubo digestivo diminutas partículas de material sintético que eventualmente podrían afectar su calidad para el consumo humano. Así lo alertaron científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del CONICET, quienes revelaron que es la primera vez que se detecta ese material contaminante en la fauna ictícola de ese estuario.

Los llamados «microplásticos» tienen un tamaño menor a 5 mm y, en el caso de este estudio, la mayor parte se trata de fibras sintéticas cuyo origen más frecuente es el lavado de ropa y productos de higiene personal, como pañales y toallas higiénicas, indicó a la Agencia CyTA-Leloir la bióloga Rocío Pazos, quien es becaria doctoral del CONICET en el Instituto de Limnología «Dr. Raúl A. Ringuelet», que también depende de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Es poco probable que los microplásticos tengan un efecto tóxico directo sobre los consumidores: aparecen en el tubo digestivo de los peces, el cual usualmente se extrae antes de prepararlos. «Sin embargo, la literatura documenta que pueden adsorber contaminantes orgánicos, por lo que podrían funcionar como vehículos para el ingreso de esas sustancias a los peces», subrayó Pazos.
El trabajo fue publicado en la revista «Marine Pollution Bulletin». Y confirma una asociación entre la cantidad de microplásticos presentes en los peces y la proximidad a una fuente de descarga cloacal, en este caso, de Berisso.

«Es necesario realizar un mejor tratamiento de los residuos urbanos tanto líquidos como sólidos, que impidan o disminuyan el ingreso de este contaminante», puntualizó Pazos, quien también destacó la importancia de promover el adecuado reciclado de aquellos productos que desprendan ese tipo de material.

Otros autores del trabajo fueron Nora Gómez, Tomás Maiztegui (becario postdoctoral del CONICET), Darío Colautti y Ariel Paracampo, todos investigadores del CONICET en el mismo instituto de La Plata.

Agencia CyTA-Instituto Leloir

MÁS SALUDABLES: UN PROGRAMA REDUCE LA CONTAMINACIÓN EN LAS CARNICERÍAS

MARTES 08 DE AGOSTO DE 2017

Fabiola Czubaj  –  LA NACION

Un programa para promover carnicerías más «saludables» puso la lupa en los principales reservorios de las bacterias que pueden causar enfermedad en esos locales, como la mesada, la picadora, las cuchillas o las manos de los empleados. Y la iniciativa, que ya funciona en 10 provincias, logró su objetivo.

Con capacitación y, en principio, sin sanciones, el programa de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA), del Conicet, redujo el riesgo de contaminación por Escherichia coli y salmonela en más de 1000 locales de 68 municipios de seis provincias con resultados disponibles. También, en dos jurisdicciones, se analizó la presencia de Listeria monocytogenes para estudiar la contaminación cruzada donde se venden otros alimentos, como quesos, fiambres o embutidos.

«Hace seis años, cuando comenzamos a trabajar en Berisso no teníamos mucha información de lo que pasaba en las carnicerías con estas bacterias, a diferencia de las casas de comida rápida, donde habían algunas contaminaciones. La idea, entonces, fue ampliar el estado de situación al resto de las bocas de expendio de venta minorista», explicó Gerardo Leotta, investigador del Conicet y coordinador del programa Carnicerías Saludables. «Era ayudar a los carniceros para adecuar las prácticas y reducir los riesgos, sobre todo cuando no se está en un municipio con capacidad analística microbiológica, que son muy pocos», agregó.

Más notas para entender este tema: Visibles cambios en el tradicional Mercado del Norte de Tucumán

El programa incluye una primera evaluación del comercio, las prácticas (incluida la limpieza) y los elementos utilizados con una planilla de cuantificación de riesgo (alto, moderado o bajo). Algunos municipios toman muestras de alimentos, picadoras, cuchillas, mesadas o manos para analizar. Con estos datos se determina el nivel de riesgo de contaminación, se le entrega un informe al comercio y la autoridad bromatológica convoca a un curso de capacitación. En una segunda fiscalización del local, si cumple con lo que determina el Código Alimentario Argentino (CAA) se entrega una certificación. Si no se labran las actas por incumplimiento. «No imaginamos que el programa iba a tener tanta aceptación. El modo de trabajo fue bien recibido por los carniceros, los municipios y las provincias», indicó Leotta, miembro de número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.

El programa cuenta hasta ahora con los resultados de 1373 carnicerías de dos municipios de Santiago del Estero, 55 de Córdoba, dos de Tucumán, seis de Buenos Aires, tres de Neuquén y en la ciudad de Buenos Aires. Pero el número de comercios con el programa activo es por lo menos el doble, según explicaron desde la RSA. Una vez transferido el programa a la provincia y al municipio a través de un convenio con el Conicet y el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), la autoridad bromatológica local decide si comparte o no los datos.

En general, el nivel de contaminación en las carnicerías era inicialmente más alto que el esperado.

En Santiago del Estero, por ejemplo, el 85% de las 53 carnicerías participantes tenía un nivel de riesgo alto o moderado, lo que con la capacitación se reacomodó: un 10% de los locales de alto riesgo pasó a tener riesgo moderado, mientras que un 20% de los comercios pasó de riesgo moderado a bajo.

«Pudimos transformar el relevamiento en datos que nos sirvan», dijo Alexia Mukdsi, titular de la Dirección General de Bromatología provincial. «Queremos volver sobre los comercios de mayor riesgo y acompañarlos para mejorar. Falta conciencia en las prácticas seguras tanto en el elaborador como en el manipulador y el consumidor.»

En tanto, en 73 carnicerías de tres municipios de Neuquén, el 42,5% de los locales tenía un nivel de riesgo moderado y el 54,8%, bajo. El 2,74% tenía alto riesgo de contaminación. Dos de cada diez muestras de carne no reunían algunos de los requisitos que impone el CAA para el consumo. El 8,8% tenía E. coli no O157causante de síndrome urémico hemolítico (SUH) y el 6,6%, salmonela, por ejemplo. En las muestras ambientales, en cambio, lo más común fue la Listeria monocytogenes.

Ianina Bascur, presidenta del Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios (Cippa) de Neuquén, atribuyó los resultados más a un manejo inadecuado de la carne que a los problemas edilicios. «Es por falta de conocimiento y apuro en la atención -indicó-. Se usan trapos rejilla o la carne queda fuera de la heladera. Los hábitos es lo más difícil de erradicar. Logramos buenos resultados, pero hay que insistir para que las malas costumbres no reaparezcan. La idea, ahora, es ampliar el programa a otros municipios y trabajar con Salud Pública provincial para hacer prevención.»

En la ciudad de Buenos Aires participaron 200 carnicerías en una primera fiscalización en 2014: en el 38% de los locales se encontró contaminación con E. coli O157 y no O157 en la carne picada, las cuchillas y las picadoras, por ejemplo, además de salmonela, también en la carne picada y la mesada.

La RSA (rsa-conicet.gob.ar) presentará los resultados el mes que viene en el Centro Cultural de la Ciencia.

La iniciativa, en cifras

13

Son las provincias que estarán activas este año A las 10 jurisdicciones que se unieron al programa desde 2011, se incorporarán San Luis, La Pampa y La Rioja

1373

Son las carnicerías con datos disponibles La capacitación a los empleados y los dueños redujo, en general, el nivel de riesgo de contaminación en los locales

416

Son los locales en cinco municipios bonaerenses El programa comenzó en Berisso hace seis años y se extendió a Luján, Tandil, Trenque Lauquen y Tres de Febrero

 

Link: http://www.lanacion.com.ar/2051018-mas-saludables-un-programa-reduce-la-contaminacion-en-las-carnicerias

Godoy Cruz 2290 - C.A.B.A. - Argentina

+5411 4899-5400

ISSN 2618-2785